miércoles, diciembre 20, 2006

Eduardo Punset: "Los loros también pueden aprender observando a los demás".


... Irene Peppeberg, una investigadora estadounidense, aplicó el método observacional de aprendizaje a Alex, el loro gris africano más famoso del mundo por ser capaz de definir, generalizando, conceptos tan abstractos como el color de las cosas o su forma geométrica.

Alex logró mejejar categorías abstractas percatándose de que el color gris podía ser tanto su color como el de un lápiz, algo totalmente increíble en un pájaro -por lo menos hasta ese momento-. El método de Irene Pepperberg ha sido revolucionario: en lugar de preguntarle directamente al loro por el color de un objeto seductor y recompensarlo entregándoselo si acertaba, decidió formular las preguntas a su ayudante en presencia de Alex. En lugar de fiarse sólo de la relación maestro-alumno, Alex aprendió, literalmente, observando cómo aprendía su contrincante en aquel trío singular; asimiló el concepto del color gris observando a un tercero que hacía lo mismo, De manera que Alex aprendió de lo que le enseñaban otros, de lo que observaba en terceros sin que se lo indicara nadie, y, por último, dando el salto metafórico para participar en un tipo de pensamiento complejo con el que le ha premiado la selección natural. El nuevo método lo era sólo en el sentido de que no se había utilizado nunca en el aprendizaje de los pájaros aunque, obviamente, hacía años que se empleaba con éxito en las escuelas de gestión empresarial con el análisis de casos concretos que incluían a un tercero -la empresa estudiada- en el proceso de aprendizaje. Un buen día, mirándose al espejo, Alex le soltó una pregunta insesperada a su protectora:

Alex: ¿De qué color
Irene: Tú eres un loro gris de África, Alex.

Bastaron seis repeticiones de aquel simulacro de conversación para que Alex fuera capaz de abstraer el color gris y aplicarlo a otros objetos grises. Y, por si fuera poco, hoy Alex puede distinguir un cuadrado -"cuatro esquinas", dice- de un triángulo -"tres esquinas", afirma ante la asombrada comunidad cientrífica-.

  • Eduardo Punset
    El viaje a la felicidad (pág. 32)
    Ediciones Destino

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