jueves, febrero 22, 2007

Roger Highfield y Eduardo Punset: La existencia de los falsos patrones


Roger Highfield: "... Ocurre lo mismo con la creatividad. Los instantes más creativos de los grandes científicos no suelen coincidir con sus horas de máxima concentración. Es cuando nuestra atención no está completamente concentrada en una pregunta cuando nos damos cuenta de detalles que habíamos que habíamos despreciado y que, tal vez, son la clave. Precisamente por esto es mucho más difícil engañar a un animal que a un ser humano. Cuando el mago señala con su dedo a la Luna para distraer la atención, el primate- y algunos homínidos menos fantasioso, todo sea dicho-, se fijan en el dedo".

Eduardo Punset: "Problablemente por eso surgió la superstición. El cerebro no soporta la idea de no controlar la situación ni saber qué demonios está ocurriendo. Al desconocer la causa, empezamos a buscar patrones de conducta, regularidades, simetrías para atisbar razones primero, y luego predecir. Los matemáticos, como Ian Stewart, dicen que así empezaron las matemáticas. Tú sugieres una idea muy interesante al respecto: cuando se logran identificar patrones, dismunuye la ansiedad. Por tanto, la superstición pervive porque reduce el estrés".

R.H: "Es cierto. Es comprensible que el reconocimiento de patrones estuviera en la base de la supervivencia en la historia de la evolución. Si descubres que un leopardo almacena siempre sus presas en el mismo árbol, puedes aprovechar su ausencia para saciar el hambre. Si aprendes en qué estación florecen determinadas plantas, o cuándo dan fruto ciertos árboles, entonces aumentan tus posibilidades de sobrevivir. El cerebro ha evolucionado de manera que está optimizado para descubrir patrones de comportamiento. El problema yace en que existen falsos patrones o simetrías. Los indios mesoamericanos creían que había que alimentar al Sol con sangre. En las poblaciones primitivas siempre ha existido el temor de que no volviera a amanecer. Llevaban a cabo el sacrificio de sangre y, efectivamente, el Sol salía y creían que el sacrificio funcionaba El miedo a que el Sol no reapareciera con todo su esplendor está detrás de festividades paganas que, posteriormente, fueron incorporadas al calendario cristiano, como la celebración de la Navidad. La gente se rodeaba de árboles de hoja perenne y de animales que resistían el frío del invierno para mantener la esperanza de que el calor del Sol volvería. Creían que las celebraciones con velas y árboles de hoja perenne acercarían la primavera. En otras palabras, se había identificado un patrón falso".


  • Cara a cara con la vida, la mente y el universo.
    Eduardo Punset.
    Editorial: booket

    Roger Highfield: Editor científico del The Daily Telegraph de Londres. Anteriormente fue investigador de la Universidad de Oxford y del Instituto Lane Langevin en Grenoble. Ha escrito varios libros de divulgación científica y, en colaboración con la BBC, ha organizado experimentos que han atraído la participación de cientos de miles de personas.

3 comentarios:

shulitta dijo...

tu dijistes que me debias un e-mail

Robr dijo...

Tienes razón.
Esta semana sin falta.

;)

1 abrazo

shulitta dijo...

Gracias, de veras no sabes cuanto te lo agradezco. Si me mandas una direccion postal te enviaré un libro que sé que te encantará. 1 besote y desde aquí te envio mucha energía