jueves, marzo 29, 2007

Artistas y científicos...























"Todo el mundo piensa, pero no todo el mundo piensa igualmente bien. El auténtico banquete requiere de un chef que sepa mezclar, combinar y sazonar adecuadamente un amplio surtido de ingredientes mentales. Y con ello no sólo queremos decir que los chefs cocinen de un modo diferente al del resto, sino que también lo hacen mejor. Por más que nos guste creer que esas personas nacieron sabiendo cocinar lo cierto es que, aun los más dotados, pasaron muchos años aprendiendo.
... Nuestro viaje por la gastronomía mental comienza en la cocina de la mente en donde las ideas se baten, sazonan, hierven, guisan y hornean. Al igual que el chef nos sorprende con una pizca de esto y un puñado de aquello, la cocina de la imaginación creativa está llena de sorpresas imprevistas. Las grandes ideas aparecen mezclando los ingredientes más singulares y no es de extrañar que en ocasiones, el plato final no se asemeje en nada a la receta. Hay ocasiones que ni siguiera el chef puede explicar cómo sabía que su plato resultaría tan sabroso, puesto que simplemente se limitó a seguir el impulso de una sensación visceral que le llevó a descubrir una grata y deliciosa sorpresa.

Barbara McClintock: 'La sensación de 'saber algo' sin saber explicarlo'...

Pero el significado de las sensaciones viscerales no siempre resulta evidente. Consideremos, por ejemplo, la siguiente experiencia de la joven Barbara McClintock, que posteriormente sería galardonada con el premio Nobel de biología. Cierto día de 1930 Barbara estaba investigando con un grupo de colegas los resultados de un experimento genético -que esperaban produjera la esterilidad de la mitad del polen- en los maizales que rodean la Cornell University. Pero los resultados esperados sólo se dieron con menos de una tercera parte de la cosecha, una diferencia tan significativa que llevó a McClintock a recluirse de inmediato, a pensar en la soledad de su laboratorio.
'Salté de la silla y volví corriendo al campo -escribe Barbara- gritando '¡Eureka! ¡Lo he descubierto! ¡Tengo la respuesta! ¡Ya sé cuál es el motivo de esa esterilidad del 30%!'. " Pero cuando sus colegas le pidieron una explicación, Barbara cobró conciencia de que no podía dársela. Muchas décadas después, McClintock escribió: 'Cuando uno comprende súbitamente el problema sucede algo y también tiene la respuesta... antes siquiera de poder expresarla en palabras. Es como si todo el proceso discurriera de un modo subconsciente. Se trata de algo que me ha ocurrido tantas veces que ya sé cuándo debo tomármelo en serio. En tales casos estoy completamente segura... pero no hablo de ello porque todavía no puedo decir nada al respecto, sino que simplemente estoy segura'.

  • Seguir leyendo...
    El secreto de la creatividad
    Robert y Michèle Root-Bernstein
    Editorial: Kairós





Etiquetas de Technorati: - -